terça-feira, julho 10, 2007

Algunas reflexiones a vuelapluma sobre el Motu Proprio

La publicación del Motu Proprio no ha pasado desapercibida. Motu Proprio que hay que leer en tándem con la carta adjunta. No soy teólogo, pero me voy a atrever a hacer unas reflexiones basadas en el sentido común. Lo primero es que es innegable que el Motu Proprio es un gran paso. De facto el Motu Proprio elimina el obstáculo de la falsa prohibición de la Liturgia de siempre. En sí mismo esto no es desdeñable.
Al leer el Motu Proprio me di cuenta de un hecho señalado por el Papa:

“As for the use of the 1962 Missal [of Pope John XXIII] as a Forma extraordinaria of the liturgy of the Mass, I would like to draw attention to the fact that this Missal was never juridically abrogated and, consequently, in principle, was always permitted.”

Ergo la consecuencia es obvia: el indulto fue un abuso de poder y un fraude. Y un abuso y un fraude de principio. Así de clarito. Insisto en lo que he dicho desde esta bitácora: se indulta a un criminal, no a una Misa declarada Santa, Dogma y de la que tantos beneficios espirituales y temporales se han recibido.
El Santo Padre está claramente a favor de la libertad de la Misa Tridentina. Esto es innegable.
Para rematar a todas esas hienas que hubieran querido prohibir y proscribir el culto debido a Nuestro Señor (o sea, la Misa Tridentina), en un intento de emulación del Anticristo, el Papa añade:

“The last version of the Missale Romanum prior to the Council, which was published with the authority of Pope John XXIII in 1962 and used during the Council.”

Y subrayo eso mismo que ratifica el Santo Padre: “used during the Council”. ¿Acaso todo lo que se hizo antes del Concilio –y habría de añadirse “durante el Concilio”- es nefasto?
En conversación con nuestro Sacerdote de cabecera él me llamaba la atención sobre la fina ironía del Santo Padre.
En primer lugar el Motu Proprio declara permitido celebrar siempre la Misa sine populo. Dos artículos después añade que si hay gente que quiera asistir a la Misa sine populo, pues que asista. Es decir, aquí acabamos teniendo la “Misa sine populo sed cum populo”. ¡Maravilloso, Santo Padre! Me imagino a Su Santidad redactando el documento con esa sonrisa de fina ironía que a veces muestra y partiéndose de la risa por dentro. La patada en los hocicos a esa germanía, gabachería y demás caterva de Obispos modernistas y antitradicionales es más que obvia.
Otra del Papa que no tiene desperdicio. El Motu Proprio afirma que no se puede decir la Misa privada durante el triduo de Semana Santa. ¡Pero es que la ley general de la Iglesia siempre ha prohibido la celebración privada de dicho triduo! Es como prohibir que el cielo sea verde fosforescente o decir que se prohíbe que la lluvia, que cae siempre de arriba abajo, vaya de abajo a arriba. ¡Maravilloso, Santo Padre! Y otra patada en los hocicos a la misma ralea.
En tercer lugar el Papa arrea una papal bofetada sobre la falta de una mínima formación litúrgica y de Latín –que sigue siendo la lengua de la Roma Eterna, por más que algunos se empeñen en destituirla-:

“The use of the old Missal presupposes a certain degree of liturgical formation and some knowledge of the Latin language; neither of these is found very often. Already from these concrete presuppositions, it is clearly seen that the new Missal will certainly remain the ordinary Form of the Roman Rite, not only on account of the juridical norms, but also because of the actual situation of the communities of the faithful.”

O sea, que para muchos, hasta que aprendan lo que tienen que aprender de Liturgia y de Latín, que se queden con el Novus Ordo porque no dan para mucho más. El requinte de “neither of these is found very often” tiene que haber escocido a más de uno.
El cuarto punto es éste:

“Nothing is taken away, then, from the authority of the Bishop, whose role remains that of being watchful that all is done in peace and serenity. Should some problem arise which the parish priest cannot resolve, the local Ordinary will always be able to intervene, in full harmony, however, with all that has been laid down by the new norms of the Motu Proprio.”

Que traducido a román paladino el Papa vendría a decir: ‘si hay problemas los resolvéis en favor de lo que yo, el Papa, que soy el que mando, ordeno’.
El quinto aspecto complementa al anterior:

“It is true that there have been exaggerations and at times social aspects unduly linked to the attitude of the faithful attached to the ancient Latin liturgical tradition. Your charity and pastoral prudence will be an incentive and guide for improving these.”

Como los eclesiásticos cuando dicen “caramba” quieren decir “coño” vuelvo a traducir esto al común lenguaje de los que estamos en la calle. Viene a decir el Santo Padre: ‘vosotros, Señores Obispos, que sois tan listos y tan buenos ya los arreglareis’.
Todavía hay más. El documento sobre el “subsistit” de la Gaudium et Spes debe estar a punto de salir:

“Si informano i signori giornalisti che domani, martedì 10 luglio 2007 sarà reso pubblico il documento della Congregazione per la Dottrina della Fede ‘Risposte a quesiti riguardanti alcuni aspetti circa la dottrina sulla Chiesa’.”

La verdad es que este Papa nos está alegrando la vida a más de uno. Tengo para mí que el Santo Padre va a dejar claro que la Iglesia fundada por Jesucristo es la Iglesia Católica y no otra. De este modo se dará un cerrojazo a toda esta eclesiología espúrea que tanto ha dañado la Iglesia Católica y que arranca de los malos principios modernistas vertidos en el Vaticano II.
En fin. Lo primero que querría es darle las gracias, y unas gracias enormes, al Santo Padre. Es obvio que el Motu Proprio ha salido frente a la oposición activa de no pocos Obispos y la oposición pasiva de otros tantos o más. Su Santidad ha hecho esto haciendo valer la autoridad pontificia, sabiendo que iba a desagradar a más de uno. No ha tenido punto alguno de respeto humano.
El otro tema es que la lectura del Motu Proprio y de la carta adjunta revela que se nombra a la Hermandad de San Pío X, pero no a otros Institutos religiosos también defensores de la Misa de San Pío V, como la Fraternidad de San Pedro o el Instituto de Cristo Rey. Este detalle es importante e interesante porque se demuestra, una vez más, que la lucha de la Hermandad de San Pío X no ha sido en balde. Que los muchos sacrificios y lágrimas de cientos de Sacerdotes y docenas y docenas de millares de fieles no han sido en vano. Que es en buena parte gracias a esta resistencia que hoy día cualquier Sacerdote tiene la libertad de poder decir la Misa tridentina.
Empero esto coloca a la Hermandad de San Pío X en la encrucijada. Es ahora cuando la Fraternidad Sacerdotal fundada por ese santo varón de Monseñor Lefebvre (¡ojo al tiempo, algún día será beatificado!) tiene que mover ficha. En principio sería deseable que hubiese por parte de los Sacerdotes de la Hermandad y sus Superiores, así como por parte de los miles de fieles que asisten a sus Misas todos los domingos, un gesto alto y claro de agradecimiento hacia el Santo Padre. Monseñor Lefebvre, en algún momento, pidió menos de lo que el Motu Proprio concede.
Monseñor Fellay tiene ahora una oportunidad muy buena para negociar con Roma un status canónico que proteja y blinde a la Tradición al tiempo que permita a la Tradición no seguir en este ‘no man’s land’ canónico en que actualmente se encuentra (gracias en su mayor parte a las pésimas decisiones tomadas durante el Pontificado de Juan Pablo II por el anterior Papa y algunos colaboradores cercanos).
En los círculos de la Curia romana se sabe que la excomunión a los seis Obispos (Lefebvre, Castro Mayer, Williamson, de Galarreta, Fellay y Tissier de Mallerais) es completamente inválida. Hay modos de poder negociar esto de una manera airosa para todos. Lo importante es que la Tradición esté –protegida y blindada, sí- dentro de Roma. Monseñor Fellay se enfrentará a algún eclesiástico que quiera ponerle zancadillas a la Tradición, sin duda, pero es obvio que va a contar con el apoyo decidido del Santo Padre, quien sabe que el trato dispensado a Monseñor Lefebvre fue erróneo, como ha reconocido, y lleva esa espina clavada en su conciencia.
El Santo Padre podría rematar la faena diciendo públicamente la Misa Tridentina en alguna fecha señalada.
Quiera el Espíritu Santo dar fortaleza al Santo Padre para consagrar Rusia al Inmaculado Corazón de María pronto, al igual que se la ha dado para publicar el Motu Proprio. Porque los problemas de nuestro tiempo no son problemas económicos o políticos, sino que son de naturaleza esencialmente espiritual. Y sólo con armas espirituales se pueden combatir. La Consagración que la Virgen pidió en Fátima no se puede retardar más.
Entretanto, Su Santidad, ¡un millón de gracias por el Motu Proprio!

Rafael Castela Santos

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