quarta-feira, julho 25, 2012

Sobre el comunicado de la FSSPX tras su Capítulo General


Muy atinado y recomendable el artículo sobre las consecuencias del Capítulo General de la FSSPX que se ha publicado en Religión en Libertad recientemente. No dejen de leerlo, porque es enjundioso.
Sostiene allí Carmelo López-Arias, quien lo firma, que pese a todas las aparentes contradicciones y obstáculos “insalvables”, se da una situación actual que es mucho mejor que la existía en años previos. Y es verdad:

“[S]e abre pues, ahora, un impasse que puede ser largo, pero que puede resultar muy útil para aproximar posiciones. Sería insensato que dos partes (ciertamente no iguales en jerarquía, pero sí iguales en la firmeza de sus posturas) que han mejorado significativamente su relación tras un delicado proceso de años, den ahora un paso atrás para empeorarla sólo porque no han conseguido coincidir del todo.”

Cabe, además, felicitar a Carmelo López-Arias, porque él –antes del Capítulo General- sí que acertó acerca de cómo podrían quedar las cosas. Les puedo decir a mis lectores de A Casa de Sarto que yo sí di por hecho que se regularizaría a la Hermandad, o este ciertamente era el ambiente optimista de la que nuestras fuentes romanas nos hacían partícipes. Lo que estas fuentes no sabían era del sabotaje que desde dentro de Roma misma se hizo a dicha potencial regularización al imponer condiciones inaceptables a Monseñor Fellay.
Por nuestra parte, aunque nos tilden de polémicos, seguimos manteniendo lo que dijimos en una entrada anterior nuestra (salvo el error que me han señalado, y cuya corrección por supuesto acepto, de haber dicho que Monseñor Pozzo era Presidente de Ecclesia Dei, cuando en realidad era Secretario, y que el Presidente de la misma era el Cardenal Levada). Créanme que no tengo la más mínima intención de ser polémico. Tan sólo de compartir algunas reflexiones personales con Vds, que no puede ser otro el propósito de esta bitácora, y que les puedan servir para orientarse mejor y disponer mejor sus almas en aras a la salvación. Ni más ni menos. 
El comunicado de la FSSPX posterior al Capítulo General es tremendamente claro y tiene muchos elementos positivos. De entrada se ha conjurado el peligro de escisión interna, algo enormemente deseado por los enemigos de la Tradición, tanto en Roma como fuera de ella. Escisión en la que hubo mucho tonto útil, dicho sea con todo el respeto, dentro de la Hermandad, no dudo que muchas veces sin tal intención. Dicho comunicado empieza congratulándose por la recuperación de la unidad; recuperación obtenida por la reafirmación de los principios básicos que unen a los más de 500 Sacerdotes que constituyen la FSSPX. Unidad amenazada últimamente por los pecados de algunos de sus miembros: sedición, calumnia, imprudencia grave, negligencia también grave y hasta traición. Entre otros. No importa: parece que ahora las aguas han retornado al cauce de la paz, la serenidad y el compromiso firme en los objetivos que dieron origen a la FSSPX y que –lamentablemente- siguen estando más vigentes que nunca. El propio comunicado así lo reconoce al constatar la realidad de este mundo moderno, que se aleja cada vez más de Dios, y la no erradicación de errores básicos como la no afirmación de la Realeza Social de Nuestro Señor Jesucristo, la colegialidad o la libertad religiosa con su peligroso hijo del ecumenismo. Todos estos mencionados explícitamente en dicho comunicado.
Un excelente análisis de las implicaciones del Capítulo General y el comunicado que le siguió fue realizado por Brian McCall en The Remnant. A él me remito, porque aunque pueda discrepar en algún punto particular o algún matiz, creo que es muy sensato y bien merece tenerse en cuenta. Me gusta la comparación de McCall del trípode revolucionario: Libertad (la religiosa, triturando el principio de Extra Ecclesia, nulla salus), Igualdad (la no-Realeza de Nuestro Señor Jesucristo, Él es sólo “uno más”) y Fraternidad (la colegialidad episcopal versus la monarquía templada del Santo Padre). La afirmación de la autoridad del Papa, como principio, es formidable. De hecho muchos “católicos” no harían tal afirmación y su espíritu está inclinado hacia sabotear dicha autoridad. Empero cabe plantear como crítica a McCall –y a la Hermandad de San Pío X- lo que bien explica La Honda de David, quien reconociendo que si bien la Verdad está del lado de la FSSPX, hay un problema con exigir la vuelta a la Tradición de Roma de manera íntegra como condición previa y a priori:

“Lo que no es legítimo (en el sentido de legal y no en el de la conveniencia) es pedir la ‘conversión de Roma’. Es ultrapetita, es decir, va más allá del objeto de lo que se peticiona que es la continuidad de la Tradición y es ponerle un límite a la autoridad del Pontífice. Como decir que un padre pierde su potestad porque es pecador y esperar a su corrección para obedecerle en lo que no ofende la ley de Dios o no es arbitrario.”

Y creo que  La Honda de David tiene razón. Y también creo que, a veces, hay algunos conceptos eclesiológicos en la FSSPX que me chirrían un poco.
Ahora bien, un punto que sí merece consideración aparte es que la FSSPX traiga en su comunicado un tema aparentemente “lejano” al Capítulo General y lo que allí se ha estado dirimiendo. Me refiero al tema de los cristianos perseguidos.
No voy a entrar en lo que es de sobra conocido: la situación de los cristianos en el Oriente Medio, en particular en los países “liberados” por los occidentales últimamente, como Irak, Túnez, Egipto o Libia y, próximamente, Siria. O en los países sunnitas. O en Israel, con sus matices, tan unido a esos países sunnitas en tiempos muy recientes. O en Sudán del sur, vuelto a ser militarmente atacados los cristianos. O en Nigeria. O en Kenia. O en Tanzania y otros muchos lugares de África. O el hostigamiento a los católicos, quizás incruento frente al cuerpo pero terriblemente lesivo para el alma, que se da en los Estados Unidos o en esta maldita Unión Europea. O la situación de los católicos en el mundo comunista: China, Cuba, Vietnam, etc. La persecución a los cristianos se está haciendo extensiva en todo el mundo y de mayor intensidad. Negar esto es negar la realidad.
La Hermandad de San Pío X ha considerado oportuno unirse a estos millones de cristianos perseguidos por causa de su Fe. Y liga esta afirmación con la del sufrimiento del Cuerpo Místico de Nuestro Señor Jesucristo y con la esperanza que estas muertes, estos martirios sangrientos y también los secos, sirvan para hacer crecer dicho Cuerpo Místico. La FSSPX adopta aquí un planteamiento apocalíptico del que me alegro, porque es necedad querer ver la realidad circundante con otro prisma. Quizás, también, en consideración anticipada de la persecución terrible que sobre el pusillus grex se avecina, y que la Hermandad bien representa.
La situación actual invita poco al optimismo con respecto a una posible regularización. En este último paso la mala voluntad de Roma ha sido patente. Quizás ciertos aspectos necesitan ser todavía madurados por ambas partes. Pero hay una pequeña puerta abierta a la esperanza. Insisto: no todo está perdido. Para ello, remarca Carmelo López-Arias en Religión en Libertad, quién puede ganar la partida:

“[E]l tiempo, en este caso, corre a favor de quien piensa, no de quien se agita”.

Y, mucho me temo, aquí ha habido mucho agitado. Los hombres de Dios saben bien que lo que conlleva agitación no puede venir de Dios.
A seguir rezando. En paz, sin agitación, con abundancia de silencio. Aunque sea el martirio (y dado el odio y la saña de los enemigos de Cristo hoy día no deberíamos contar con que este martirio vaya a ser mínimamente humano) lo que nos aguarde.

CODAS: (1) Y siguen pasando las semanas, una tras otra, y el Santo Padre sin hacer el más mínimo gesto de querer consagrar Rusia al Inmaculado Corazón. (2) ¿Se han fijado en el auge del comunismo en el mundo? Ambos hechos, también, son apocalípticos. (3) No menos me parece el nombramiento de Müller para la Doctrina de la Fe. Pareciera más bien un caso de zorra a la que se pone a guardar el gallinero. 

Rafael Castela Santos 

2 comentários:

Lhd disse...

Muy acertado su estado de situación. Y coincido en que esa mención a los mártires del Capítulo General tiene una connotación apocalíptica: le transcibo lo que ponía en mi nota sobre los cuatro septenarios -en este caso los "sellos": "El quinto es la Epoca actual: el "clamor de los mártires" (la costumbre es colocar restos de mártires debajo de los altares) implica que ya están en el Cielo y se les pide que aguarden a que se "complete el número de los que han de ser muertos como ellos": hasta el día de hoy siguen muriendo mártires (en Africa, en Asia). Coincide temporalmente con la "gran tribulación" que es básicamente espiritual ("si no se acortaran aquellos días no se salvaría nadie")
El sexto es la Parusía o sus comienzos"
Lhd

Anónimo disse...

Olá. A paz.
Gostaria de fazer parceria com você.
O meu blog é o salvaialmas.org.
Se quiser, podemos trocar links.

Aguardo.

Um abraço e Deus te abençõe.

Jairan